martes, diciembre 02, 2008

Si no quieres ver, ¿qué importa si eres ciego o no?

Vengo de ver dos obras diferentes y que tiene, en mi opinión, en común lo desconcertante y lo incoherentes. La primera de ellas Shortbus (tú última parada). Confieso que salí de la sala de cine confundido y preguntándome de qué se trataba la película que acababa de ver. ¿Era quizás una película porno?, no!!! ¿Acaso era una obra sobre gays? No. ¿Tal vez era sobre sadismo y orgias sexuales?, no!!! Ah sí, ¿tal vez se trataba de mostrar ciertas acrobacias sexuales??? Vaya usted a saber!!!! De verdad me sentí estafado. Y no vale ni la pena comentar nada más.

La segunda, Ceguera. Basada en el libro de Saramango. Es una obra rara con un abuso en los planos desenfocados y cortes de blanco. Un amigo me comento que "debieron contratar un fotógrafo!!!". Se alternan tomas a color con planos en tonos grises, inclusive el subtitulado cambia de estilo y tamaño de las letras, realmente incomodo y fastidioso. A mí me aburrió muchísimo, pero la vi hasta el final.

La obra está contada en tres partes diferenciadas. Una primera donde se produce la ceguera. Creo en lo personal que aquí se tiro el guion a la basura. La ceguera que era el gancho de película, termina convirtiéndose en una vulgar excusa. Una idea prometedora se desvirtúa y se abandona para dar paso a una segunda parte, la de los conflictos, de los asinados y aislados “para impedir la contaminación”. Esta parte me pereció un vulgar y muy débil fusil de una excelente obra alemana reciente, “El Experimento”. Y una tercera y absolutamente absurda tercera parte, donde los presos salen a la calle para encontrarse con la ceguera colectiva. Coronada con el más ridículo de los finales.

En cuanto al cuadro de película, con diálogos en ingles y japonés (dos de los protagonistas son japoneses), con eso de hilar una historia que se origina en punto y acarrea consecuencias a gentes en ámbitos distintos y la débil actuación de Gael García Bernal, me trajo a la mente por instantes, la desastrosa “Babel” (donde también actuó Gael García). Las actuaciones, todas, son pobres y pasan sin penas ni glorias.

Confieso que no he leído el libro de Saramango “Ensayo Sobre la Ceguera” pero lo buscaré para darle la respectiva lectura. Sin embargo la película es sencillamente penosa.

SARAS

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