jueves, abril 13, 2006

Bienvenidos


Este espacio quiero dedicarlo a dos de mis grandes pasiones: la música y el cine. Por ello su nombre CinemaMusical. Espero que disfruten su lectura.

El Principio

La educación musical se me antoja parecida en cierta forma a la conducción automotor. Aquellos que aprenden a manejar en autos sincrónicos no tienen, en principio, problema alguno para manejar autos automáticos. Desafortunadamente la reciproca no es, en general, cierta, llegando al extremo de gente que se siente sencillamente impotente sabiéndose buenos conductores (de automáticos), pero “volviéndose un ocho” a la hora de pasar a un sincrónico.

Por eso creo que haberme iniciado por el Jazz es sencillamente lo mejor que me ha podido pasar en la vida. Entes de eso era solo un oyente más de los ritmos tropicales que imponía la radio, que era el medio por excelencia en los años 70. La salsa hacia de la suyas. La época dorada de los grandes del genero: Oscar D’Leon y su Dimensión Latina y posteriormente su “Salsa Mayor”, Ismael Rivera el inolvidable “Maelo” y sus Cachimbos, La Fania All Star de Jerry Masucci, quizás la constelación mas grandes de estrellas del genero, que incluía entre otros a: Celia Cruz, Eddi Palmieri, Cheo Feliciano, Héctor Lavoe…Después con el arribo masivo de la TV todo cambio…pero esa es otra historia que en algún momento abordare.

Lo cierto es que aquello era algo extraordinario, extremadamente divertido y sabroso. Para bailar, para cantar o sencillamente para escuchar. Sin embargo había ahí solo un placer natural, el del feeling, el de la cadencia o como bien dice unos los clásicos de Andy Montanez, “el eco de un tambor”.

Un buen día, un amigo me invitó a su casa. Vivía por allá en la parte alta de los Magallanes de Catia, en una casa que el mismo había construido, reservándose un gran espacio para su pasión absoluta: la música. Esa noche escuche por primera vez en mi vida una grosería de Big Band La orquesta de Count Basie, con una grosería de ejercicio vocal, Diane Schuurd. Aún recuerdo el cosquilleo que recorrió toda mi piel al final de la primera pieza. A partir de allí me volví un obsesivo del jazz (clásico). Posteriormente cuando compro mi primer equipo de sonido (que aún conservo hoy día) el vendedor me preguntó sobre mi preferencia musical y dije sin dudarlo JAZZ!! Entonces se acercó con un álbum doble y me dijo “esto te encantará”. Se trataba de la Edición 30 aniversario de la Impulse Jazz!!!! Que barbaridad. Un disco único y exquisito; Coltrane, Ellington, Lester Young y su memorable “Goodbye Pork Pie Hat” o la excelente “Cuando Vuelva a Tu Lado” de Gato Barbieri, entre otros grandes clásicos. Así perdí mi virginidad auditiva.

SARAS

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